lunes, 15 de septiembre de 2014

LA CENICIENTA DEL GABINETE

Por: Yolanda Reyes.

Por evitar posibles conflictos de intereses, damos la idea de que nos tiene sin cuidado la cultura.

La popularidad mediática de la educación en el nuevo cuatrienio de Santos parece inversamente proporcional a la de la cultura, y esa terrible involución recuerda los tiempos en que ciertos universitarios llamaban “costuras” a las electivas de humanidades que los obligaban a tomar para recibir un barniz de “cultura general” o para llenar los huecos libres, entre materias consideradas importantes.
Una mirada al diseño del gabinete presidencial que organizó los ministerios en tres equipos alrededor de los pilares de la paz, la educación y la equidad hace pensar que los reingenieros de Santos se formaron en esas concepciones de cultura que la instrumentalizaban o la reducían a las llamadas “bellas artes”.
Juzguen ustedes: en el pilar de la paz ubicaron los ministerios de Interior, Relaciones Exteriores, Defensa y Justicia; es decir, los de mayor poder político; en el de equidad, que algunos han llamado “el más robusto”, agruparon Hacienda, Minas, Comercio, Industria y Turismo, Transporte, Ambiente, Agricultura, Salud, Vivienda y Trabajo; y en el tercer pilar, correspondiente a Educación, añadieron el Ministerio de las TIC y le colgaron la cartera de Cultura, como si los desafíos de la paz y la equidad no requirieran hoy una apuesta cultural sin precedentes.
Este debería ser el tiempo de la cultura, pero no para supeditarla a la educación, sino para embarcarse en el proyecto de hacer posibles otras versiones de país y de memoria con el fin de superar esa dicotomía entre bandidos y gente de bien que nos dejó la cultura de la guerra.
En un país atravesado por las inequidades, las estigmatizaciones y las pérdidas, pero poblado también de tantas narrativas y de tantas maneras de descifrarse y reinventarse, justamente el trabajo cultural podría ayudarnos a reconocer que, más allá de los hechos, nos jugamos la vida a través de significados compartidos que se transforman continuamente, que se interpelan e intentan coexistir y tramitarse a través de formas simbólicas que nos permiten vivir juntos.
En medio de la avalancha de noticias, y casi siempre de malas noticias que hemos vivido, necesitamos noticias de nosotros mismos y Mincultura debería haber sido pensado, dentro de la reingeniería, como un pilar para el reconocimiento y la reparación de nuestras raíces humanas comunes, pues resulta difícil cambiar las lógicas de la guerra sin trabajar seriamente en una apuesta cultural que involucre a todo el país.
En ese sentido, es fundamental que la sociedad civil se ocupe de la cultura como se ha comenzado a ocupar de la educación, pues solo juntando miradas, haciendo veeduría y reclamando líneas políticas claras, concertadas y conocidas por todos, será posible sacarla de su nicho.
Salvo algunos editoriales publicados en revistas como Arcadia y otros debates regionales que parecen señalar dificultades en los procesos de selección de proyectos, sorprende constatar el poco espacio que se dedica a la cultura desde una perspectiva crítica.
La discusión sobre el presupuesto que se le asigna en el PIB, pero también sobre las políticas públicas del sector y sobre los criterios de selección de becas, incentivos y proyectos, debería ser habitual en estas páginas donde escribimos tantas personas relacionadas con el campo.
Quizás es esa proximidad la que nos lleva a eludir un tema que necesita ser analizado por las personas cercanas a los procesos de escribir, de pensar y de trabajar con símbolos. Con el prurito de evitar posibles conflictos de intereses, estamos dando la idea equivocada de que nos tiene sin cuidado la cultura. Y ese silencio que, en cualquier campo de lo público es grave, en este campo resulta impresentable.

2 comentarios:

  1. La cultura siempre ha sido visto como un tema sin importancia, como esa costura o esa materia de relleno que la Universidad nos obliga a tomar. Sin ir más lejos en nuestra Unimeta muchos estudiantes consideran los meum como esa asignatura que deben ver o si no, es imposible graduarse. La columnista resalta la importancia de invertir en la cultura y como una apuesta para contribuir a la paz que Colombia tanto necesita. ¿Qué opinan ustedes?

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  2. Saludos Cordiales
    Compañeros y profe
    Soy Jessica Vergara y a continuación voy a expresar mi punto de vista.
    Hablando de política, don Juanma ahora quiere mejorar la educación, sin embargo, en otras partes del país los niños no tienen otra opción que ir a la guerra ¿Dónde está pues la iniciativa de la famosa educación? ¿Por qué no se ha iniciado desde las ciudades más pobres de Colombia? ¿Hablamos de proceso de paz? Pero porque no puede este realizarse en todo el país?
    Cambiando de tema el primer día que vi Meum cátedra me dije –y esto para que me servirá en la vida?- Sin embargo mi forma de pensar respecto a esta materia cambio al leer los esfuerzos que había hecho el Doctor Rafael Mojica, para fundar una universidad en pleno centro de la ciudad, aun asi cuando todo el mundo en aquella época se oponía él lo logro. Entonces me dije he ahí esta la cultura, cuyas veces consiste en educarse, no olvidar quienes somos ni de donde venimos y que llegaremos a ser. Cada vez que hay seminarios, franja o cosas importantes en la universidad voy, porque quiero ver a esa persona que con lucha y esfuerzo hizo posible la realización de sueños de muchos para que ellos al salir, contribuyeran a la cultura de una gran ciudad como lo es Villavicencio. Esa es mi filosofía, no importa que haya los jueves cada persona debería tener sentido de pertenencia al leer las palabras del señor lector, entonces no solo se educara, sino que tendrá ganas de salir y luchar adelante
    ¿Si un hombre logro fundar una gran universidad en pleno centro de Villavicencio no podre yo realizar mis sueños? Esto es cultura, aquí en la universidad no solo se aprende a estudiar también se aprende a ser mejores personas, de manera que usted podrá aprender algún instrumento si le apetece, o si quiere bailar puede hacerlo usted es libre de recrearse y para mi eso es formar en cultura.
    Si es vital que seamos interculturales para lograr el proceso de paz. Pero desde mi punto de vista, a las farc les falta la cultura, ellos en la selva se han olvidado que representa esta misma para los colombianos.




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