- Por: Ricardo Silva Romero. Columnista.
Huele al Antiguo Testamento. Suena a los tiempos en los que la homosexualidad era delito. Pero el jueves 28 de agosto la profesora Verónica Botero se vio obligada a esperar nueve horas más –ya había esperado 35.040: cuatro frustrantes e inexcusables años– a que seis de los nueve magistrados de la Corte Constitucional le reconocieran su derecho a adoptar (corrijo: a continuar el espinoso trámite, negado por quién sabe qué funcionario del aparatoso ICBF, para adoptar) a la hija que tuvo en 2008 con su esposa: la ingeniera Ana Leiderman. El fallo de la Corte era lo mínimo: era negarse a negarle a una persona, por su orientación sexual, la igualdad ante la ley; era ponerse las gafas, como cualquier miope, para reconocer una familia; era plantarse, además, del lado de una niña. Y sin embargo, la palabra que venía a la punta del teclado era “histórico”.
Ana me cuenta que ese jueves comenzó siendo un simple jueves. Que Verónica y ella se levantaron a las 6:15 a.m. como cada día. Que la niña, de 6, andaba contenta. Que el niño, de 4, que no había nacido cuando empezaron a tramitar la adopción de su hermana, jugaba sin prisa. Y que, luego de darles el desayuno, bañarlos y vestirlos a los dos entre las dos (toda familia es una coreografía, una disciplina), no sólo lograron que a los niños no los dejara la buseta del colegio, sino que pudieran montar un rato en bicicleta. Entonces vino la espera: el trabajo de cada cual, el almuerzo en pareja, con la sensación de que la Corte iba a salir con el silencio de siempre. A las 3:30 p.m., cuando los hijos ya habían vuelto, las sorprendió la noticia: podían seguir con los trámites para la adopción. Pero a los gritos de triunfo, “¡bravo!”, respondieron con una sonrisa tímida.
Elizabeth Castillo, la serena abogada que ha protagonizado tantas batallas por los derechos de la ciudadanía LGBTI, coordinadora del llamado “Grupo de mamás lesbianas”, recibió el fallo con el mismo cansancio feliz. Escribió para Publimetro un texto valeroso en el que lamentó que la Corte concediera un derecho “solo por razones biológicas” pero reconoció la importancia de ese jueves. Después se fue al Palacio de Justicia a celebrar el nuevo paso adelante: “ya no nos obligan a esperar en el andén”, me dice. Y me cuenta que sólo en la noche, cuando las dos mamás empiyamaron, leyeron un cuento y durmieron a sus dos hijos (y capotearon la última entrevista), pudo felicitar a Verónica y a Ana “por este triunfo que es de todos” con su alegría contagiosa.
Apenas estuvieron solas, apenas se fue la suegra que lloraba de emoción, Ana le preguntó a Verónica si esa ilusión por la rutina de mañana sería la igualdad. “Vero: todavía no me cae el 20”, le dijo hacia las 12:00 a.m.
Y la palabra es “histórico”. Porque el patético contraataque de “los normales”, que empezó ese mismo jueves –y entonces vino el asedio a un par de destacadas ministras por formar una pareja, la persecución a dos admirables congresistas por ser novias, la propuesta de falso demócrata de preguntarle a la mayoría si está bien que la minoría adopte, la santiguada doble de los politiqueros “de la familia” que recaudan votos a costa de los derechos ajenos: todo–, es una señal de que en ese infierno católico y machista y lerdo que solemos llamar “este país” está empezando un país menos tarado. Y si no quiere quedarse atrás, el ICBF, que por orden de un juzgado hace 40 días tuvo que devolverle a una mamá el hijo que le quitó “por sostener una relación sentimental con otra mujer”, hará bien en pedirles a sus funcionarios que dejen de portarse como inquisidores.
Hay que estar muy extraviado para ponerles en riesgo a Ana y a Verónica el deber de echar a andar a su familia a las 6:15 a.m.
www.ricardosilvaromero.com
Ricardo Silva Romero
Colombia no escapa a las transformaciones sociales del concepto de familia. Aunque este tipo de decisiones incomode a los más conservadores, es necesario respetar y aceptar la diferencia. Esto se llama tolerancia. ¿Qué opinan ustedes?
ResponderEliminarEs un mundo muy innovador, donde hoy por hoy hay varios tipos de sexualidad que a lo largo del tiempo ha destacado muchas polémicas en distintos países siempre criticadas de mala forma pues ante un DIOS no está bien visto pero estamos en pleno siglo XXl ante los ojos de los humanos está empezando a verse como algo común, pero a que, estén de acuerdo es muy difícil solo que manejamos una buena tolerancia ante este tipo de situaciones donde no creo que busque hacer daño a la sociedad solo busca dar un paso a la felicidad, deseo o sentimiento que se siente por un gusto del mismo sexo, por lo tanto es criticado el adoptar niños por temor a la mala formación personal de aquellos niños .
ResponderEliminarDebemos tener en cuenta que hoy en día vemos diferentes pensamientos y que cada ser humano en el mundo tiene una opinión diferente respecto a LA FAMILIA. No obstante debemos aceptar de alguna u otra forma esto, ser tolerantes y no levantar prejuicios que nos lleven a conflictos; todo lo lograremos con la virtud mas difícil de adquirir "La tolerancia" logrando así una sociedad mas amena.
ResponderEliminarCreo que debemos ser cocientes de que la tolerancia es un valor fundamental para aceptar la libertad de pensamiento de todos los seres humanos .Aunque hoy en día sean fuertemente criticadas las personas que gustan del mismo sexo, ellos lo único que buscan es ser tratados como las demás personas .
ResponderEliminarSaludos Cordiales soy Jessica Vergara y a continuación mi comentario.
ResponderEliminarRealmente para este país fue histórico, pero la realidad es que hoy en día muchos aceptan su condición sexual. Yo no lo veo razonable de que una pareja de lesbianas adopte hijos, es que realmente cuando uno de los hijos tenga una reunión de integración entre padres de familia y deba ir el papá como harán por que el niño vera a sus compañeros a sus papitos y se va a cuestionar quizá lo haga cuando tenga una determinada edad en la que ya no va a creer todo lo que le dicen. Además las consecuencias son muy terribles; primero no hay figura paterna, esto quiere decir que no habrá quien le diga al hijo como bañarse, o si tiene dudas sobre una chica ¿quién le dirá que hacer? Por diversas razones los hijos a medida que se vuelven jóvenes no le cuentan todo a dos mujeres no importa que sea su madre biológica no es lo mismo. Por otro lado ¿qué ejemplo puede darle a su hijo? Acaso quiere que también se vuelva gay? ¿Quién jugara pelota con él? ¿Quién lo entenderá? No lo hace mejor un padre? Ahora hay que destacar que en el colegio podrían hacerle burla debido a la ignorancia de la gente. Es cierto que para una hija lo vital es tener a su mamá de su parte pero ella necesitara el afecto, las caricias y el aprecio de un padre que otra mujer llamada (madre biológica) no le va a dar. Espero que esta hija no desarrolle una actitud fría. Jamás se podrá remplazar a un padre en un hogar.
Es cierto que en ocasiones esos impulsos y deseos no duran para toda la vida algunos dicen -a es que él nació así- pero eso no es cierto cada uno ha nacido como es o hombre o mujer de hecho Dios dispuso los deseos sexuales para el matrimonio entre esposo y esposa y estos son los que están legalmente autorizados para satisfacerlos.
El punto es que estas personas pueden reprimir sus sentimientos ya que con el paso del tiempo ese gustico por alguien de tu mismo sexo se le habrá pasado al madurar en la vida muchos lo superan, además el hecho de que le guste alguien de su mismo sexo no significa que ya sea homosexual.
Ya si nos trasladamos a los países de Europa algunos lo ven mal y hasta dan pena de muerte porque es un incesto, y conlleva a enfermedades de transmisión sexual y muchas más. Más sin embargo otros países lo aprueban y hasta les dan el permiso para casarse y adoptar hijos. Yo tengo muchas amistades cuya orientación sexual de diferente pero no las discrimino las trato como mis amigas porque no tengo nada en contra de ellas, más, sin embargo nunca estaré de acuerdo con su condición sexual o su conducta porque no me parce bien lo que hacen claro que ello ya es vida privada de cada persona.